Es posible que hayas oído que los perros necesitan un líder y que si se portan mal y no te obedecen es porque no te ven como una figura de autoridad. Que un perro cansado y sumiso es un perro «equilibrado», un perro feliz.
Quizás has normalizado (o con suerte no, y te «chirría») que la forma de conseguir ese ansiado puesto de líder sea «bajarle el rango/estatus» a tu perro, mediante toques en las costillas, tirones de la correa, lenguaje corporal intimidatorio, gritos… y un largo etc.
Pues bien, déjame decirte que todas esas ideas son falsas creencias desmentidas por la ciencia que estudia la conducta animal (etología).
Tu perro no necesita nada de eso para portarse bien, y desde luego, créeme cuando te digo que, no le hará feliz.
Yo también me creí esas mentiras:
Educación canina del siglo XXI, libre de castigos, miedo y herramientas aversivas. Porque ningún perro necesita ser tratado con dureza para aprender.
Son miembros de la familia, tratémoslos como tal.
La ciencia no para de avanzar, y en el mundo canino va a pasos agigantados.
Por eso estoy siempre actualizándome y aprendiendo cosas nuevas, para poder ofrecerte lo mejor, hoy y mañana.
Aplico los mismos principios para toda la familia. El respeto y la empatía son la base de todo acompañamiento.
Hay que equilibrar la relación perro-humano de forma que se logre el bienestar para ambas partes.
Puede que pienses que el adiestramiento es la base de un perro educado y la solución para los problemas de tu perro; tirar de la correa, ladrar a los vecinos, pelearse con otros perros, perseguir bicis… ¡Error!
El adiestramiento enseña y motiva al perro para realizar ciertas conductas cuando se las pides o bajo ciertas circunstancias concretas.
Esa motivación puede ser tanto para obtener algo deseado, como un premio (adiestramiento en positivo) o para evitar algo indeseado, un castigo (adiestramiento tradicional).
De esta manera se consigue que los perros busquen estupefacientes, guíen invidentes o que detecten el cáncer. Pero, ¿por qué no funciona el adiestramiento en el día a día con tu perro?
Porque detrás de toda conducta hay una emoción que lleva al perro a actuar de esa forma, y esa emoción perdura a pesar del adiestramiento. Por lo que cuando la emoción es mayor que el deseo del premio, o el miedo al castigo, tu perro vuelve a actuar igual que siempre.
Lo mismo ocurre si en algún momento dejas de «motivarle». Y ¿quién quiere estar siempre castigando a su perro o convertirse en una máquina expendedora de premios?
Además, no es tan simple como darle una chuche cuando lo hace bien y castigarle cuando lo hace mal. Si fuera así de simple yo no estaría aquí, y tú tampoco.
Te ayudaré a entender el por qué de los comportamientos de tu perro y mejorar vuestra convivencia.
Aumenta su bienestar, mejora su socialización o simplemente pasa un buen rato.
La mejor forma de seguir aprendiendo sobre temáticas concretas.
Dedicado a asociaciones protectoras de animales y profesionales del sector canino.
Educación canina respetuosa